Desde OndaPsique os queremos presentar una serie de artículos dedicados a la psicología positiva y a su puesta en práctica, ya que nos parece una de las aportaciones más interesantes que ha dado la ciencia psicológica en las últimas décadas, y como tal, merece la pena trasmitirla.
¿Qué es la psicología positiva?
“Es simplemente Psicología que desea centrar su interés en el análisis de lo que va bien en la vida desde el nacimiento hasta la muerte” (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000)
La psicología positiva se podría considerar como “una isla de fortalezas en un océano de debilidades”, pues supone un cambio de perspectiva respecto al modelo tradicional que centraba su atención en la lucha contra lo negativo en vez de la potenciación de lo positivo, como objetivo central y no como reactivo frente al malestar. No es que la psicología no le haya prestado parte de su interés a estudiar los aspectos positivos de la vida (el amor, la alegría, el talento, el apego,…), sino que principalmente se focalizaba en sus características deficitarias, en vez de en las características saludables y enriquecedoras de los mismos.
Desde este movimiento, y he aquí la diferencia con otros intentos anteriores que compartían el objetivo pero no el método, se pretende el estudio científico de lo positivo, de los aspectos de la vida que hacen que merezca la pena ser vivida, que la hacen plena e íntegramente satisfactoria.
¿En qué puede ayudarnos?
Pese a su corta historia, la psicología positiva ha demostrado, con estudios corroborados científicamente, su capacidad para provocar cambios significativos y beneficiosos en la vida y el bienestar de las personas, tanto en población clínica como en población general.
Dentro del ámbito clínico, sus técnicas han demostrado su fuerza en potenciar el bienestar de personas diagnosticadas con diferentes grados de depresión, al margen del trastorno en sí mismo, es decir sin pretender hacer un tratamiento directo del mismo.
Llegando incluso en algunos de ellos a demostrar unos resultados de eficacia superiores a la terapia farmacológica. De hecho, ya hay una cantidad importante de psicólogos que practican una psicoterapia basada en la psicología positiva, como único enfoque.
Aunque, como destacamos anteriormente, esta corriente de pensamiento no pretende la corrección del déficit sino la potenciación del bienestar, de nuestro brillo interno. Y es precisamente en este punto donde los estudios realizados por el psicólogo Martin Seligman, Csikszentmihaly y sus colaboradores han demostrado la potencia de las técnicas de la psicología positiva para mejorar la vida de las persona. La fuerza de lo que a mí me gusta llamar la visión en Yang (en referencia al aspecto luminoso del famoso símbolo taoísta), es decir, los efectos de potenciar, en la población general, un enfoque, una práctica y una actitud positiva frente a la vida y sus posibilidades.
Pero esta no es una corriente de pensamiento, de hecho se aleja bastante de serlo, que mire al individuo y su bienestar como algo individual, sino más bien dentro de un contexto amplio y colectivo, en el que la relación con los otros ocupa un papel central.
Es por ello que gran parte de los esfuerzos actuales de la psicología positiva se orientan a mejorar el mundo desde su vertiente educativa y social, desde el colegio a la oficina, ofreciendo su saber al servicio de crear un mundo más benéfico para todos en conjunto, a través de favorecer el bienestar de las personas que lo conforman, fomentando mediante sus enseñanzas un mejor trato humano entre humanos, para de esta forma crear una actitud colectiva muchos más positiva. Próximamente, y después de esta breve presentación de la psicología positiva, colgaremos algunas enseñanzas y ejercicios propios de esta corriente, que os ayudarán a comenzar el camino hacia un mayor bienestar.
“La felicidad no es la meta, es la actitud con la que se recorre el camino”
Buda
Jessy Viqueira San José
Deja un comentario